Muere Sortuda, la leona matriarca de Bioparc Valencia. Próxima a cumplir 17 años y madre de dos de las leonas de la manada, se le diagnosticó un tumor sin posibilidad de tratamiento. El equipo técnico le proporcionó el máximo bienestar hasta que finalmente ha tenido que tomar la dolorosa decisión de practicarle una eutanasia. Esta carismática hembra causaba asombro al confundirse con un macho por haber desarrollado una peculiar melena.
El ciclo de la vida sigue su curso en Bioparc Valencia y, en esta ocasión, ha sido por la triste pérdida de un animal muy querido, la leona Sortuda. Justo este mes hace 17 años, Sortuda llegó desde el Jardim Zoológico de Lisboa para formar un grupo reproductor de la subespecie león de Angola (Panthera leo bleyenberghi). Desde entonces y hasta el final ha estado ejerciendo de matriarca de la manada, mostrando su rol de cohesión y una cariñosa actitud. Parte de su descendencia ha ido trasladándose a otros parques de animales, mientras que Tata y Shanga han permanecido en Bioparc y junto con Luana y Lubango forman la familia de leones del parque.
Sortuda comenzó a llamar poderosamente la atención cuando le creció una melena que le hacía asemejarse a un joven león macho. Tras las oportunas pruebas, el equipo veterinario determinó que unos quistes ováricos le estaban produciendo una alteración hormonal que le hacía masculinizarse y profería un carácter todavía más dominante. Tras una operación para extirpar los ovarios comenzó a disminuir esta anomalía y, pese a su edad avanzada, Sortuda se manifestaba tan vital como de costumbre.
A principios de este año, se observó algún problema en su dentadura por el sangrado de uno de los colmillos, lo que motivó una nueva intervención para extraerlo. En ese momento nada hacía presagiar que el problema pudiera ser más grave, pero las radiografías y análisis posterior fueron determinantes para diagnosticar un osteosarcoma del maxilar con metástasis en pulmón, un tumor maligno sobre el que no se podía aplicar tratamiento.
Durante estos meses Sortuda mantenía muy buena condición física y apetito, pero finalmente comenzó a ser evidente su deterioro. Su equipo de cuidadores y cuidadoras le han prestado una atención extraordinaria para aportarle el máximo bienestar. Se le fueron suministrando todos los medicamentos posibles para los síntomas que iban apareciendo y paliativos para el dolor hasta que hubo que tomar la difícil decisión de practicarle una eutanasia. Esta pérdida ha sido un duro golpe para todo el equipo profesional, quien no ha podido ocultar su desconsuelo, pues Sortuda era un animal especialmente querido con el que se han compartido muchos años.
Ahora queda su legado con sus hijas, Tata y Shanga, y para las personas que han podido disfrutar de su presencia, el recuerdo de esta impresionante leona y ejemplar matriarca.