Muere Inés la preciosa y querida leoparda de Bioparc Valencia.
Con una muy avanzada edad de 18 años, desde su llegada al parque de conservación de animales en 2007, Inés ha mostrado la impresionante mezcla de belleza y fiereza del leopardo. Con su pareja Negombo, con quien tuvo varios cachorros, han contribuido al éxito del programa internacional de preservación de este carismático felino que fue masacrado el siglo pasado por la caza y su codiciada piel y ha disminuido su población un 30% en los últimos 20 años. El equipo de cuidado animal se encuentra muy afectado por la pérdida, pero orgulloso por haber prestado todas las atenciones para garantizar su máximo bienestar hasta el último momento.
Valencia, 21 de marzo de 2025.- Este 2025 ha empezado como un año para recordar grandes logros compartidos entre los animales y el grupo técnico que se encarga de su cuidado con el esperanzador nacimiento del chimpancé y el óptimo desarrollo de las crías de este primate y de otras especies en grave peligro de extinción como gorilas y elefantes. Pero junto a estas alegrías en ocasiones deben enfrentar momentos duros como es la muerte y, aun con la certeza de haber hecho todo lo posible por aportar el máximo bienestar, el sentimiento de tristeza es imposible de evitar.
En esta ocasión, Bioparc Valencia quiere informar del fallecimiento de la leoparda Inés, un animal emblemático y muy querido tanto por todo el personal del parque como de quienes durante estos años han podido admirar su precioso porte. Hace unas semanas, el equipo veterinario notó que mostraba una cojera en las patas traseras, aunque durante sus revisiones rutinarias todos sus órganos estaban en buen estado. Ha sido tras su fallecimiento, al realizar una necropsia, cuando se observó una lesión en la columna, un problema común por su edad ya geriátrica que motivó la compresión de unos nervios en la parte caudal de su cuerpo y causó su cojera.
A sus 18 años y muy próxima a cumplir los 19, Inés había alcanzado una edad muy cercana a los máximos registros en animales que permanecen bajo cuidado humano y muy superior a los 10-12 años que supone la esperanza de vida de esta especie en su hábitat. Inés se integró en Bioparc Valencia a finales de 2007, pocos meses antes de la apertura del parque al público, procedente de Burgers’ Zoo Arnhem, en Países Bajos. Desde ese momento, pudo disfrutar de un entorno que recrea la selva y que compartía con la pantera negra Mamba (leopardo melánico) y con el macho Negombo con el que formaba pareja y ha contribuido al éxito del programa internacional de preservación (EEP) del leopardo de Sri Lanka (Panthera pardus kotiya). Los cachorros nacidos en Valencia ya forman parte de otros grupos que, bajo criterios científicos, tienen como objetivo garantizar la supervivencia de esta especie en peligro de extinción
Las poblaciones de leopardos están disminuyendo drásticamente, siendo algunos de los factores de amenaza la desaparición de sus presas habituales, la fragmentación y transformación de su hábitat en tierras de cultivo y la caza. Incluidos en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y globalmente han disminuido un 30% en los últimos 23 años, desapareciendo en 26 países en los que antes tenía presencia. De hecho, durante los primeros años de la década de los 60 en el este de África se comercializaron 50.000 pieles de leopardo al año para satisfacer la demanda del comercio de su codiciado pelaje.
En Bioparc Valencia podremos seguir contemplando al majestuoso leopardo, una especie que ejemplifica la belleza y fiereza de la naturaleza salvaje amenazada. Desde la comunidad conservacionista se aboga por la educación y movilización de la sociedad hacia la protección del medio ambiente y el fomento de una estrategia global de conservación de la biodiversidad (One Plan Approach) con acciones intervencionistas en su hábitat y la cría controlada en los parques de animales para ofrecer un futuro esperanzador al impresionante leopardo.
