Bioparc Valencia celebra un Halloween muy “animal”. Leones, elefantes, chimpancés, hipopótamos y suricatas, han descubierto el lado más “terrorífico” de esta celebración al mismo tiempo que degustaban sus manjares favoritos. Los numerosos visitantes del parque se han sorprendido al contemplar la reacción de los diferentes animales al encontrar su recinto decorado con calabazas, telarañas y los elementos más llamativos de esta fiesta.
Estas semanas encontramos la celebración de Halloween a nuestro alrededor y Bioparc también ha querido sumarse con una llamativa acción. El máximo bienestar de los animales es el objetivo del equipo de Bioparc y, en este sentido, se diseñan actividades que les permitan desarrollar las denominadas “técnicas de enriquecimiento ambiental”. Estas actuaciones motivan, estimulan los instintos y facilitan el desarrollo de comportamientos propios de cada especie como la búsqueda de alimento. Además, en este caso, resulta doblemente atractivo, pues para los visitantes del parque valenciano es especialmente novedoso contemplar estas conductas animales.
A primera hora de la mañana, los cuidadores de animales de Bioparc trajinaban con elementos muy poco habituales y se esmeraban por, además de dejar en condiciones óptimas los recintos, adornar distintos espacios con objetos típicos de la conocida temática de Halloween. Lo diferencial era ver cómo los utilizaban para ocultar los alimentos más apetitosos para las distintas especies. De esta forma, los fantasmas, telarañas gigantes, murciélagos, calaveras, lápidas, ataúdes y, por supuesto, las características calabazas han cobrado especial relevancia.
Las reacciones han sido de lo más diverso. La ferocidad de los leones se ha podido comprobar al ver cómo, de un zarpazo, destrozaban las cajas para alcanzar los sangrientos trozos de carne. Los inteligentes chimpancés seleccionaban exquisitamente las viandas y las crías, Coco y Djibril, no paraban de jugar con tan extraordinarios elementos. Incluso los hipopótamos, con el pequeño Gori, han disfrutado del singular “almuerzo”. Las activas suricatas se afanaban por extraer con sus pequeñas patas los sabrosos gusanos. Por último, los elefantes se mostraban especialmente motivados ante la diversidad de objetos y gustosa comida y poco a poco iban destapando las “sorpresas”.
El agradable día otoñal ha hecho todavía más atractiva la visita para el numeroso público que hoy visitaba Bioparc. Tanto los más pequeños como los adultos manifestaban su satisfacción al tener la oportunidad de contemplar el curioso comportamiento de las diferentes especies. Todo ello permite despertar el interés y empatía hacia la vida animal, comprender nuestro deber de protegerlos y de tomar parte activa en el necesario cambio de actitud colectivo hacia la conservación de la naturaleza.