Nacimiento “en directo” de un blesbok. Esta mañana en la visita a Bioparc se ha podido contemplar el instante más maravilloso de la naturaleza salvaje. La llegada de una nueva vida tenía lugar a la vista de las personas que recorrían el espacio que recrea la sabana. Una sorpresa y una gran emoción al ser testigos del nacimiento de un blesbok (Damaliscus pygargus phillipsi). Como en un documental “en directo”, sobre las 11:30h de la mañana, una de las hembras del rebaño comenzaba a dar muestras de ponerse de parto. Este animal y otra de las hembras se encontraban en una zona reservada del recinto, ya que el equipo técnico de Bioparc Valencia estaba pendiente de la evolución del embarazo y esperaban el nacimiento. Estos cuidados especiales tienen como objetivo garantizar el máximo bienestar de los animales en un momento tan delicado.
Bioparc participa activamente en la preservación del blesbok
El grupo que alberga Bioparc se incluye en un programa internacional de preservación de la especie y lo forman ocho individuos: el macho reproductor, cuatro hembras adultas, dos crías del año pasado y la recién nacida. Los blesboks conviven en la recreación de la sabana africana de Bioparc con las jirafas; peculiares especies de aves como los jabirús, el ibis sagrado y la cerceta del Cabo; y otras tres especies de antílopes: kobos, impalas y gacelas de Thomson. Los blesbok se distinguen fácilmente por las llamativas marcas blancas que vemos en sus rostros que contrasta con el marrón rojizo de sus cuerpos y por tener tanto los machos como las hembras unos cuernos largos y curvados con forma de lira. Toda esta vida de la sabana discurre bajo la atenta mirada de los leones que los observan desde las rocas del Kopje.
Los blesbok son animales de hábitos diurnos que pasan la mayor parte de la mañana y de la tarde pastando, mientras que durante el mediodía y la noche descansan. La gestación es de unos 240 días, suelen tener una cría por parto y generalmente se concentran en la última etapa de la primavera a finales de junio o principios de julio. Están incluidos en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), estuvieron en grave peligro de extinción en el siglo XIX por la caza masiva, que redujo su población en la naturaleza a tan solo unos dos mil individuos. Gracias al esfuerzo conservacionista muchas poblaciones se han recuperado y hoy se encuentran en una situación estable.
Nacimiento “en directo” de un blesbok en Bioparc Valencia